El desafío está planteado: hacer zapping desde el primer canal hasta el último de la grilla y no encontrar a una persona cocinando. Prácticamente imposible. A la hora que sea. Porque la televisión argentina está llena de programas donde los protagonistas cocinan y muestran su mejor desempeño culinario. En formato de segmento dentro de un magazine de noticias, como programa propio, una competencia entre colegas anónimos o un reality donde los famosos se calzan el delantal y prenden las hornallas, hoy la pantalla chica es un inmenso menú audiovisual donde se presentan las recetas más sofisticadas de la gastronomía mundial. Casi sin ficción nacional pero con chefs en todas sus gamas, el rating argentino en la actualidad se mide por platos y postres.
Reflexión
“Los programas de cocina son un fenómeno de época porque vinculan a los chefs reconocidos y celebridades directamente con el público. En una cocina, Doña Rosa humaniza al famoso porque está haciendo lo que ya hizo o lo que pretende hacer y encima hasta lo puede corregir desde el sillón de su casa”, admite una experimentada productora de Telefe, quien en su concepto devela un poco el secreto del éxito de sus programas.
En la actualidad, el canal de la familia tiene al aire “Ariel en su salsa”, conducido por Ariel Rodríguez Palacios; “La Peña de Morfi”, que va los domingos con las delicias de Santiago Giorgini y su punta de lanza “Bake Off”, el segundo programa más visto del canal después del de Susana Giménez, con jurados de la talla de Damián Betular, Christophe Krywonis y Maru Botana. En el mismo, una selección de influencers, actores de renombre y cantantes compiten para ver quién es el mejor pastelero.
Otra clave del éxito de estos programas es la posibilidad de asistir a los restaurantes particulares que tienen los mismos protagonistas. La Patisserie de Betular en Devoto tiene la agenda completa, al igual que la pizzería de Donato De Santis, jurado estrella de “Masterchef”. Los comensales van con la ilusión de encontrarlos y sacarse una foto. Por el contrario, cuando el jurado es un “villano” como Germán Martitegui, el público va a su restaurante a buscarle el error para escracharlo en redes sociales o criticar el valor de sus platos. Un juego que acerca al espectador con el cocinero y que explica el buen rating que hacen estos programas.
Una emisora que le imprime a su grilla una importante carga culinaria es Canal 9. En las primeras horas del día asoma “Qué mañana!” con Mariano Peluffo y por la tarde, “Escuela de cocina” con la estrella del canal, Jimena Monteverde, quien durante los fines de semana se cruza de vereda para cocinarles a Mirtha Legrand en sus mesazas de sábado por la noche y a Juanita Viale en sus almuerzos dominicales. Cabe destacar que, junto a la nieta de “la Chiqui”, Monteverde muestra su destreza en un segmento donde impera el doble sentido y las recetas inconclusas.
Patio de comidas
Reacio a modificar su grilla para que los cocineros invadan la escena, El Trece tuvo que torcer el brazo para levantar sus tardes de poco rating. Ya sin Darío Barassi ni José María Listorti, el canal de Adrián Suar desempolvó “El gran premio de la cocina” para ganar audiencia. Así, en la primera semana elevó el promedio de 2 a 4 puntos con la competencia conducida por Leandro “Chino” Leunis y los jurados Ximena Sáenz, Christian Petersen y Dolli Irigoyen. Aquí no hay famosos sino cocineros amateurs que muestran sus mejores recetas para ganar el ansiado trofeo. El mismo canal de lunes a viernes cierra su transmisión con el micro “Cucinare”, donde Valentina Salezzi recomienda qué prepararles a los niños para que coman sin quejarse.
“En las épocas de crisis, la comida es uno de los pocos lujos que la gente se puede dar”, reconoce una programadora de la exclusiva señal gastronómica El Gourmet. Y asegura: “Raramente el espectador hace la receta que vio en televisión en su casa por los costos y los tiempos que demandan, pero sí buscan esos platos en restaurantes para ir a probarlos”. “Otro punto importante es la memoria emotiva, una comida lleva a la persona a su infancia, a su madre, a sus abuelos y, al ser un público mayormente adulto el que consume este tipo de programas, es un link directo a su historia”, concluye.
La Televisión Pública y América también tienen a sus ejércitos de cocineros. Mientras el canal estatal presenta “Cocinate” con Ronnie Arias y Madame Papin, la señal de Daniel Vila repatrió “Cocineros argentinos”, ahora conducido por Maju Lozano y la curaduría de Fernando Trocca.
Con actores cocinando y cocineros evaluando sabores, así transcurre la nueva televisión argentina que pasó en menos de una década de la ficción a las hornallas a fuego lento.