Pasado que no suelta: allanaron la casa del ex fiscal de Delitos Económicos Mariano Ríos Artacho

Suspendido en funciones y renunciado después, en julio de este año, el ex funcionario judicial apareció ligado a llamativas decisiones y situaciones que nunca llegó a esclarecer del todo. Ahora volvieron a escena cuatro casos en los que estuvo involucrado. El procedimiento se hizo a fin de noviembre, pero trascendió recién ahora

Una causa que había pasado al archivo; una probation; la causa Cositorto de estafas piramidales y una cuarto legajo relacionado con una pelea que tuvo con un policía que trabajaba con él le volvieron al ex fiscal Mariano Ríos Artacho como un bumerán: esta semana allanaron su domicilio particular en busca de evidencias sobre casos clave en los que tomó llamativas decisiones. De acuerdo con lo que trascendió –poco y nada– el operativo había sido solicitado por el fiscal de Esperanza Alejandro Benítez y se secuestraron una notebook, una CPU y una tablet. El ex funcionario no estaba en el lugar.

De lo que sí hay información es de cuáles habrían sido los legajos en cuestión, en los que tomó intervención Ríos Artacho. Uno de ellos es una probation –que es una “suspensión del juicio a prueba” y conmuta una pena por otras alternativas de reparación de daños, como hacer trabajos comunitarios o asistir a entidades de bien público, por ejemplo– concedido en 2022 a un ex jefe de la Afip (hoy Agencia de Recaudación y Control Aduanero, Arca) investigado por hechos de corrupción. Quien resultó beneficiado es Carlos Vaudagna, quien hoy sigue bajo investigación: con largo historial en el organismo impositivo, estuvo a cargo de las delegaciones de Santa Fe y de Rosario de la Afip, y estuvo involucrado en una causa mayor, las idas y vueltas de Vicentín. En una caja de seguridad de Gastón Scarel, hijo de Omar Scarel, presidente del directorio de la agroexportadora aparecieron 200.000 dólares: Vaudagna dijo que eran suyos. Pero la sospecha es sobre varios “favorecimientos” a involucrados en diferentes casos, desde evasión impositiva hasta maniobras de exportación-importación dibujadas, venta de cereales en negro, entre más. Los indicios apuntan a una amplia red de funcionarios estatales y judiciales, abogados y contadores que habrían aportado sus conocimientos y/o sus posiciones en Afip o en Aduana para maniobras ilegales. El caso, además, vincula a Vaudagna con el juez federal Marcelo Bailaque, quien está sometido a proceso en el Consejo de la Magistratura, y a Ríos Artacho con Vaudagna.

Otro de los casos en los que aparece Ríos Artacho tiene que ver con dos vehículos. Uno es un Mercedes Benz C250 Kompressor que había sido incautado judicialmente en el marco de una causa contra una empresa corredora de cereales. Ese auto debía estar bajo custodia de la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (Aprad) pero lo tenía en la casa un comisario de la Unidad Regional VI, de Villa Constitución. La escandalosa irregularidad se comprobó cuando fueron a detener Álvaro Rosales, en diciembre de 2022: el jefe policial estaba acusado de abuso sexual a una cadete en el Instituto de Seguridad Pública (Isep) de Rosario, donde era docente. Al investigar el derrotero del vehículo, apareció Ríos Artacho.

El otro coche es un Chevrolet Cruze, en el que fue filmado el ex policía prófugo Juan José Raffo, vinculado a la banda de Los Monos. Estaba en cercanías del Aeropuerto Internacional de Ezeiza a fines de 2022 y desde entonces no hay rastros de él. El auto estaba a nombre de Ríos Artacho, quien adujo que se lo vendió a Raffo. En ese mismo vehículo hay imágenes de Raffo y de Rosales, ambos apasionados por la práctica deportiva de la caza.

Por entonces, la auditora del Ministerio Público de la Acusación y hoyfiscal general de Santa Fe, María Vranicich, marcó en el sumario al entonces suspendido funcionario judicial la sospechosa incongruencia de “la utilización de un vehículo Chevrolet Cruze propiedad del fiscal Ríos Artacho por parte del ex policía Juan José Raffo, condenado por colaborar con bandas dedicadas al narcotráfico».

Para peor, fiscales federales de la Procuración del Narcotráfico (Procunar) señalaron que la relación de Ríos Artacho con un agente de la Side de Rosario les había torpedeado una investigación narco: presuntamente ese espía es el que le advirtió a Raffo que su detención era inminente, y es el mismo agente que, estando preso por pasar información a bandas, fue excarcelado por el juez federal Bailaque. Una ecuación que paree cerrar, en una fórmula más extensa.

La investigación contra Rios Artacho fue archivada por la Fiscalía. De igual modo fue suspendido por la Legislatura por 60 días. Al cumplir su sanción, en junio pasado, se reincorporó a su cargo. Pero protagonizó un incidente con un efectivo policial en el Casino de Rosario y, tras el episodio, presentó su renuncia por “motivos personales”, la que fue aceptada.

Salir de escena esquivando no pocas esquirlas para muchos era demasiado premio. Pero duró menos de seis meses: se presupone que el allanamiento se hizo en el marco de una nueva investigación –¿con nuevos elementos?– de las situaciones que lo tuvieron en un papel tangencial o como protagonista directo.

La requisa que trascendió recién en los últimos días, tuvo el pasado 29 de noviembre, durante la mañana del último viernes del mes pasado. Todo lo demás se mantuvo en reserva.

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