El presidente Javier Milei cierra su primer año de mandato ponderando indicadores económicos y financieros, más vinculados a la macro que a la microeconomía. La estabilidad cambiaria, superávit financiero y la desaceleración de la inflación son datos reales que puede destacar esta administración, aunque hay varios interrogantes al respecto ¿Cómo se logró contener el tipo de cambio? ¿Es creíble el superávit financiero? ¿A qué costo se logró la desaceleración inflacionaria?
En diálogo con El Ciudadano el economista y analista financiero, Federico Fiscella, dio respuestas a cada una de estas preguntas y profundizó sobre algunos fenómenos que caracterizan a este período, tales como la denominada bicicleta financiera (o carry trade), el atraso cambiario o la concentración de recursos.
—¿Cómo se explica la estabilidad cambiaria de estos últimos meses?
—Este tipo de cambio se está sosteniendo en función de varias medidas. La primera tiene que ver con la intervención en el mercado financiero y el manejo del dólar MEP por parte del Banco Central. Otra es el blanqueo de capitales, que en términos de tiempo fue el más exitoso, en pocos días consiguieron 20 mil millones de dólares. Esto se suma al cepo cambiario, que va a continuar.
—¿Son reales los superávit que destaca el gobierno nacional?
—Existe el superávit financiero y fiscal. El tema es que hay ciertas objeciones técnicas. La contabilidad que uno aprende en la facultad lo valida, y se refiere a las formas de contabilizar los intereses del endeudamiento. Ese superávit, por ahora no incluye los intereses que se están devengando por las Letras de Capitalización (Lecap). Esas Lecap no son un instrumento que genere un interés separado, sino que en realidad tienen una lógica en la que uno paga ese instrumento, como puede ser 80 pesos, para luego cobrar 100. Es decir, que el interés se termina recibiendo al final de la vida de esos instrumentos, entonces por una cuestión técnica no ingresan en la contabilidad como un pasivo y no están dentro de este superávit.
—¿Qué pasa si uno agrega esos intereses?
—Si uno los agregara, empezaría a discutirse que el superávit exista. El gobierno emitió casi 90 mil millones de dólares de deuda, que vence a mediados del año 2025, otra parte a mediados de 2026. Esos intereses se van a tener que pagar.
—¿En qué consiste la denominada “bicicleta financiera” o carry trade?
—Se habló mucho también de la bicicleta financiera. Es un negocio en el que yo le ofrezco a alguien que tiene dólares que los convierta en pesos, le aseguro que el dólar va a mantenerse estable durante el período de vida ese instrumento, le dejo generar intereses en pesos altísimos (porque Argentina con la inflación que tiene genera un interés muy importante). Pero alguien tiene que pagar ese retorno cuando esto venza. Ahí es donde se devela un poco esto que son las finanzas, que se trata de administrar capital para ir ganando tiempo. Lusi Caputo es muy hábil para ir ganando tiempo, la pregunta es ¿qué estás haciendo mientras? Esto ya pasó con Mauricio Macri y tuvieron que salir a llamar al Fondo Monetario Internacional.
Ahora tenés un año de plazo sin problema, pero cuando venza al año, hay que pagar, y acá parece que nadie está hablando de que hay que pagar, incluso la contabilidad
—Se habla también de atraso cambiario, ¿existe en este gobierno? ¿Con qué se puede ejemplificar?
—Es la relación que tiene el dólar con la inflación acumulada. La cuestión acá es cuánto debería valer el dólar en función de la inflación acumulada. Se puede ver en el tema turismo, cuando el competidor de la región tiene precios tan competitivos respecto de los tuyos, que hace que toda la gente se vuelque a consumir en esa economía. El tema es que cuando consumimos Brasil, consumimos trabajo brasilero y no el nuestro, entonces después tenemos problemas de empleo, de salario y de que las industrias cierran. Lo que hay que ver en realidad es la distancia entre los precios y los salarios, y hoy esa distancia es muy grande, porque el grueso de los trabajadores perdieron.
—¿Qué pasó históricamente en Argentina cada vez que hubo atraso cambiario?
—Desde la década del 70 para acá, cada vez que tuvo esta situación de que Brasil está regalado y tenemos atraso cambiario, siempre explotó, no hubo alternativa. Lo único que varía gestión tras gestión, es qué tiempo tengo de acuerdo a cómo me prestan plata. En los 90 se vendieron las empresas del Estado, había una caja por única vez que daba margen para sostener el atraso cambiario. Se acaba esa ilusión financiera, y el esquema se cae. Si no viene la lluvia de inversiones que espera el gobierno, el atraso cambiario se cae.
—¿Qué va a pasar el año que viene con el tipo de cambio?
—Hay una estrategia deliberada de que sea una herramienta electoral. Es un elemento fuertísimo para el gobierno seguir mostrando que está domando la inflación y busca que eso tenga una repercusión electoral. No creo que tengas grandes problemas en ese sentido el año que viene. Lo que veo es que no tiene nada que lo interpele. La población no encuentra otra propuesta, por lo menos por ahora, hay que ver qué sucede en 2025 cuando les vuelva a tocar el ajuste.
Respecto al atraso cambiario, es difícil medir en qué tiempo explota, pero que explota, explota, a menos que hagas algo, ese algo puede ser encontrar un camino a través de Vaca Muerta. Es un proyecto que el gobierno pudo capitalizar durante 2024, con mas de 4 mil millones de dólares de superávit energético. Supongamos que es la llave para acceder a los dólares, pero vamos a ver quien la ve, vamos a ver si eso realmente puede revertir esta desigualdad, o sirve para sostener el mismo modelo.