Al noroeste de Arabia Saudita, se está desarrollando The Line, una ciudad futurista lineal de 170 kilómetros que forma parte del megaproyecto urbano Neom. Diseñada para operar con cero emisiones de carbono, contará con dos rascacielos paralelos de 500 metros de altura con capacidad para albergar alrededor de 9 millones de personas. Su construcción podría incorporar el uso de robots.
La posible integración de robots en el proyecto surge de la asociación entre la empresa desarrolladora de Neom y GMT Robotics, una compañía de robótica con sede en Copenhague. Según informó el medio Arab News, como parte del acuerdo, la tecnología se implementará dentro de Neom, y las jaulas de varillas de refuerzo se fabricarán en instalaciones locales.
Aunque está previsto el uso de tecnología robótica en el proyecto, no se especificó si esta se aplicará directamente en The Line.
The Line es una ciudad futurista que forma parte del megaproyecto Neom, desarrollado en el noroeste de Arabia Saudita. Concebida como una respuesta a los desafíos de la urbanización y el cambio climático, la ciudad se extiende linealmente a lo largo de 170 kilómetros y está diseñada para operar con cero emisiones de carbono.
La estructura de The Line está compuesta por dos rascacielos paralelos de 500 metros de altura y 200 metros de ancho, separados por un corredor central que albergará espacios verdes y áreas comunes.
Estos edificios pueden alojar a cerca de 9 millones de personas, ofreciendo una densidad habitacional eficiente y sostenible. La ciudad no tendrá automóviles ni calles, y sus residentes dependerán de un sistema de transporte público de alta velocidad que conectará cualquier punto en menos de 20 minutos.
The Line está diseñada para integrar la tecnología de manera completa, con sistemas de inteligencia artificial que optimizarán recursos y servicios esenciales. Todo estará a una distancia de cinco minutos a pie, incluyendo viviendas, oficinas, escuelas y áreas recreativas.
A pesar de su diseño innovador, The Line ha generado debates sobre su viabilidad técnica, los desafíos de su construcción y sus implicaciones sociales y ambientales.
La integración de robots en la construcción está transformando el sector al automatizar tareas clave, mejorando la precisión, la eficiencia y la seguridad. Desde la preparación inicial del terreno hasta el ensamblaje de estructuras complejas, los robots desempeñan un papel fundamental en diversas etapas del proceso constructivo.
En la fase de preparación, maquinaria robótica automatizada se utiliza para movimientos de tierra, excavaciones y nivelación, optimizando el tiempo y reduciendo el margen de error. En fábricas especializadas, los robots fabrican componentes prefabricados, como paneles de concreto o estructuras metálicas, listos para ensamblarse en el sitio de construcción.
Durante la construcción in situ, los robots asumen tareas que requieren alta precisión, como la colocación de ladrillos, la instalación de vigas o el ensamblaje de jaulas de refuerzo para concreto. Equipos como exoesqueletos robóticos ayudan a los trabajadores a manejar materiales pesados, mientras que brazos automatizados colocan piezas de manera exacta.
La impresión 3D también ha ganado protagonismo en el sector, permitiendo a robots crear estructuras completas en materiales como concreto, reduciendo costos y tiempos. Además, drones y robots terrestres realizan inspecciones en tiempo real, monitoreando el progreso y detectando fallas estructurales antes de que se conviertan en problemas mayores.
Si bien los robots ofrecen beneficios significativos, como la reducción de costos a largo plazo y la mejora de la seguridad laboral, también plantean desafíos, especialmente en términos de impacto en el empleo humano.
La transición hacia la automatización requiere un equilibrio que permita aprovechar estas tecnologías sin afectar negativamente al sector laboral.