Con qué escenarios económicos se puede encontrar Milei y qué variables determinan el desenlace

Por Álvaro Arellano

Javier Milei arranca su segundo año de mandato luego de doce meses en los que llevó adelante un fuerte ajuste fiscal que terminó repercutiendo en los salarios e ingresos. Para este 2025 se espera una profundización de ese esquema, con el agregado de que el gobierno nacional debe afrontar importantes vencimientos de deuda, sumado a la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este contexto se pueden dar tres escenarios distintos que van a determinar la suerte del gobierno libertario y de los trabajadores argentinos.

El Centro de Estudio Scalabrini Ortiz (Ceso) analizó lo sucedido en materia económica durante 2024 y estimó lo que viene para 2025. En ese sentido, trazaron un escenario optimista, un segundo intermedio y un tercero pesimista. Cada caso estará determinado por lo que ocurra con la inflación, con la actividad económica, evolución de ingresos y el tipo de cambio. Esto transcurrirá en el marco de las elecciones de medio término.   

El informe destacó que, hasta el momento, en el Plan Milei Caputo avanzó sobre cuatro anclas: Un fuerte –y desmedido– ajuste fiscal; un ancla salarial, especialmente en los salarios del sector público; un ancla cambiaria, a partir del proceso de fuerte apreciación del peso; y un ancla monetaria-financiera llevada a cabo en los primeros meses del año.

Ésto dio lugar a un proceso económico en donde hubo claros ganadores y perdedores, donde cayeron los ingresos salariales y previsionales, el consumo y la actividad –especialmente en el primer semestre–, y donde se generó mayor desempleo, pobreza y desigualdad.

La implementación del blanqueo no alcanzó para eliminar las restricciones cambiarias ni para aumentar las reservas netas. Además, este fue sólo uno de los “puentes” necesarios para terminar el mandato, siendo que para los próximos 3 años deberá enfrentar vencimientos por más de U$S 50.000 M.

Para este 2025, hay vencimiento por más de U$S 14.000 M y, si el gobierno verdaderamente pretende generar una recuperación económica y de los ingresos, al tiempo que se continúa con el proceso de apertura comercial, habrá mayor demanda de dólares para importaciones. Será clave la negociación de un acuerdo con el FMI que puede actuar como un nuevo “puente” para 2025, y despeje vencimientos para los próximos años.

Escenario optimista

El mejor escenario posible para el gobierno sería llegar a las elecciones legislativas con una inflación en desaceleración, un tipo de cambio estable o al menos sin grandes sobresaltos, una brecha cambiaria controlada, acumulación de reservas y, especialmente, una verdadera recuperación de la actividad y de los ingresos.

La recuperación de estas variables, no obstante, entraría en conflicto con los objetivos de acumular reservas y/o sostener una brecha cambiaria acotada. La recuperación salarial y de la actividad económica demandarían una mayor cantidad de dólares para importaciones, giro de utilidades, cancelación de deudas o atesoramiento.

También existe una contradicción entre el objetivo de continuar con la desaceleración de la inflación a partir de un fuerte proceso de apreciación cambiaria y la acumulación de reservas. La apreciación del peso profundiza la demanda de dólares para importaciones –especialmente en servicios y turismo– al tiempo que erosiona la competitividad de los sectores transables, por lo que podría dar lugar a menores exportaciones.

Estas contradicciones podrían ser resueltas a partir de un nuevo “puente” que le garantice los dólares suficientes para cumplir con los objetivos mencionados en simultáneo. Y ese “puente” podría venir de la mano de un nuevo acuerdo con el FMI y/o, como se conoció por estas horas, de un repo con bancos internacionales.

Si los nuevos acuerdos alcanzan desembolsos por U$S 10.000 M –cifra cercana lo que quedó pendiente del acuerdo firmado en 2018, en donde el propio Caputo era Secretario de Finanzas– los dólares podrían alcanzar para que el gobierno llegue a las elecciones legislativas con los objetivos cumplidos y, por tanto, con altas chances de lograr buenos resultados. Lo que allanaría el camino para las reformas estructurales que pretenden implementar en la segunda mitad de su mandato.

Escenario intermedio y pesimista

Desde el Ceso consideran que, Si el gobierno no consigue los dólares suficientes del FMI y/o si, por el grado de fragilidad externa que aún posee la economía argentina acontece un “cisne negro” en la economía local o internacional, podrían ocurrir dos escenarios.

Uno (el más probable para quienes elaboraron el informe) en donde el acuerdo con el FMI se consolida, pero los dólares obtenidos no son suficientes para consolidar la recuperación de la actividad económica y salarial y, al mismo tiempo, acumular reservas y sostener una brecha cambiaria acotada.

Esto daría lugar a que el gobierno llegue a las elecciones legislativas con una combinación entre una recuperación económica parcial, pero con mayor presión sobre la inflación y/o sobre la brecha cambiaria (si se sostiene el cepo) o sobre las reservas (si se elimina el cepo); o con inflación y tipo de cambio estables, pero con la continuidad del estancamiento económico del segundo semestre de 2024. En cualquier caso, con efectos no deseables para los objetivos electorales.

Un tercer escenario posible –bajo las condiciones actuales, el menos probable– es uno en el que el gobierno no logra un acuerdo con el FMI en donde obtiene fondos para hacer frente a los vencimientos de julio, y/o se profundizan los efectos negativos de la economía internacional actual –fortaleza del Dólar frente a monedas emergentes, devaluación del Real, se profundiza la caída en el precio de la soja, etc.

En este caso, el gobierno podría llegar a las elecciones de medio término en un escenario en donde no sólo no se recupera la actividad económica y los ingresos, sino que también se acelera la inflación y se profundiza la pérdida de reservas y/o el aumento de la brecha cambiaria. Lo que podría tener un fuerte impacto negativo en los resultados electorales.

“El mejor escenario posible para el gobierno implicaría someterse a la tutela del FMI por muchos años más, incrementando la deuda externa. Como tantas veces ha ocurrido en la Argentina –Martinez de Hoz, Convertibilidad, y la experiencia acelerada del macrismo, por citar algunas– estas experiencias suelen terminar con crisis externas que borran de un plumazo los “éxitos” conseguidos a inicios del mandato. Difícilmente esta sea la excepción”, concluyeron desde el Ceso.

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