Una mujer llamada Christine Petitfrere de Miramar, Florida, fue sentenciada a 30 años de prisión por lavar 2,7 millones de dólares provenientes de estafas románticas en línea. La acusada, de 30 años, se declaró culpable del cargo de conspiración para cometer lavado de dinero en el distrito sur del estado en septiembre de 2024 y tuvo que entregar US$203.815,59 de sus ganancias personales.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) reveló que el modus operandi de este grupo delictivo consistía en crear perfiles falsos en redes sociales y a partir de allí ganarse la confianza de la víctima. Una vez ya establecido el vínculo, los estafadores les piden dinero para falsas oportunidades de inversión o para emergencias que jamás ocurrieron.
La acusada admitió que se quedó con parte del dinero y lo restante se lo transfirió a sus co-conspiradores a cuentas de bancos ubicados en el extranjero. Las autoridades señalaron que este tipo de operaciones suele involucrar a una gran cantidad de personas y redes internacionales, hecho que dificulta que la investigación se desarrolle con normalidad.
Brian M. Boynton, fiscal general adjunto de la División Civil del Departamento de Justicia, comentó: “Las estafas románticas son una amenaza creciente, en particular para los estadounidenses mayores y vulnerables”. Además, agregó: “Seguiremos persiguiendo agresivamente a quienes facilitan estos esquemas criminales”.
Este caso sirvió para que el gobierno federal pueda incrementar sus esfuerzos contra la lucha de este tipo de fraude debido a la gran cantidad de información que pudieron recopilar. Por el momento, la investigación sigue su curso y el DOJ seguirá haciendo todo lo posible para resolver este caso y prevenir futuros delitos en un futuro.
Las víctimas de este tipo de estafas no solo sufren perdidas económicas grandes, sino que tiene que enfrentar las consecuencias emocionales graves que conllevan estos casos. Muchos casos no son reportados ante las autoridades debido a los sentimientos de vergüenza y desconfianza que puede provocar haber caído en una estafa de esta índole, lo que dificulta la capacidad de las autoridades para actuar de manera efectiva.
Ante esta situación, los funcionarios federales instan a cualquier persona mayor de 60 años a reportar cualquier tipo de estafa o fraude sufrido con la Línea Directa Nacional contra el Fraude a Personas Mayores al 1-833-372-8311 para obtener ayuda. Por otro lado, los expertos en ciberseguridad le recomiendan a los usuarios de redes sociales tener precaución ante señales de alerta como solicitudes de dinero, evasión de videollamadas o encuentros presenciales.