Tragedia en el Jockey: familiares, socios y amigos exigieron justicia por Facu en la puerta del club

María José Chena y Gabriel Gorga son los padres de Facundo, el nene que murió ahogado al ser succionado por el ducto de la pileta La Dulce en el country del Jockey Club. Una profunda tristeza los acompaña desde aquel trágico 2 de enero de 2024, cuando perdieron a su hijo de diez años en un hecho absolutamente evitable. Sin embargo, a pesar del dolor, este jueves realizaron una manifestación frente a la sede céntrica de la institución para exigir justicia y demandar la renuncia de las autoridades del club. Con ellos estuvo el periodista Alejandro Fantino, quien se sumó a los reclamos.

La concentración comenzó a las 14 de este jueves frente al edificio ubicado en Maipú y Córdoba. Allí socios, no socios, amigos y familiares se reunieron a esperar a que llegaran los padres de Facundo Gorga quien perdió la vida hace más de un año y cuya muerte sigue impune. Pocos minutos después de la hora estipulada llegaron sus papás junto a Fantino. El periodista se enteró recientemente de la muerte del nene y la lucha por justicia que estaban llevando adelante sus papás. Pensando en su propia paternidad y sensibilizándose con la causa, decidió unirse para sumar fuerzas y otorgar visibilidad al hecho.

El sol y el calor se hicieron sentir rápidamente en pleno centro rosarino. Pero la tristeza y la furio de los asistentes hicieron que eso fuese secundario. Los manifestantes se ubicaron en un semicírculo para escuchar las palabras de los padres de Facundo y del reconocido periodista. Hubo una escucha atenta y respetuosa a las distintas declaraciones. Con la asistencia de agentes de tránsito, calle Maipú no se cortó pero se vio reducida mientras duró el triste encuentro.

Los padres, los abuelos y Fantino se ubicaron en las escaleras de la entrada de la institución y, con un micrófono, cada uno dijo unas palabras. En el piso se pintaron estrellas amarillas, similares a las de las víctimas de siniestros viales, con la frase «Justicia por Facu». Los papás llevaron dos fotos del nene y una placa conmemorativa «in memoriam».

>>Leer más: Tragedia en el Jockey Club: el fiscal regional analizará el caso de la muerte de Facu

La primera en hablar fue María José. Frente a una multitud conmovida, la madre de Facundo exigió una vez más la renuncia de las autoridades de la institución. Frente a ella, cientos de personas de todas las edades sostenían carteles en los que se podía leer el pedido de justicia por la muerte del nene.

«Las autoridades del Jockey Club dijeron impunemente que esto fue un mero accidente. Lo que hubiera correspondido es que hicieran una investigación sumaria, que investigaran qué pasó. Tampoco nos dieron una explicación institucional. ¿Por qué?», preguntó Chena. La respuesta a aquel interrogante generó el repudio de la multitud. «Porque todos lo sabían», sentenció.

«Las autoridades sabían que habilitaron una pileta con ese riesgo de muerte. Gracias a los socios que espontáneamente fueron a contar sus experiencias, hoy consta en el expediente que hubo incidentes anteriores. Un adulto metió el brazo y, desesperado, logró salir. Les escribió una carta a las autoridades. Un amigo de ese adulto se lo cruzó a Charles Roberts (presidente del Jockey) y le dijo que esa pileta era una trampa mortal. No tomaron las medidas necesarias. Un chico contó que, jugando con los amigos, tiraron un toallón al fondo de la pileta y fue succionado por el ducto», relató.

Durante su discurso, a María José le acercaron una rejilla que un amigo de la familia hizo construir y cuya fabricación duró sólo dos días. Con aquel elemento en sus manos cada manifestante pudo dimensionar lo sencillo que hubiese sido evitar semejante tragedia.

«¿Por qué pasó esto si tenían todos los recursos necesarios? Era tan fácil evitarlo. El martes un amigo mío me dijo que iba a hacer construir una rejilla. Hoy ya está hecha. Con una rejilla como ésta, que no tiene ninguna tecnología, hoy mi hijo estaría acá. No lo hicieron. A lo mejor estaban obnubilados con la Copa Davis», sostuvo.

Por su parte, los abuelos también dijeron unas palabras. La abuela del nene compartió su angustia: «Me sacaron lo que más adoraba, me sacaron a mi Facundo. Mi vida se transformó en una pesadilla. Por favor exijo la renuncia ya de toda la mesa directiva». El abuelo sentenció: «Facundo va a vivir en nuestras vidas por siempre. Quiero agradecerles a todos y a Fantino que, con su sensibilidad especial, se interesó en este tema más allá de las críticas interesadas. La realidad es la única verdad. Gracias a todos y esperemos que haya justicia».

El padre, finalmente, a pesar de estar envuelto en la tristeza, pudo decir algunas palabras de agradecimiento a los socios y a al resto de los presentes. «El Jockey somos los socios y no estos dirigentes que no lo merecen. Después, a toda la gente de Maristas, del Inglés, de todos los colegios que nos han apoyado infinitamente. Por último, a Alejandro Fantino por el apoyo. Gracias a todos».

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Justicia por Facu: un reclamo que no cesa

Héctor Rio / La Capital

Lo que dijo Fantino

El periodista, parado en la puerta de la sede céntrica del Jockey Club junto a los familiares de Facundo, apuntó duramente contra el presidente de la institución. «Esa rata, ese roedor que se esconde bajo la pollera de su mujer tendría que ir preso«, afirmó haciendo alusión a la diputada nacional del PRO por Santa Fe, Germana María Figueroa Casas.

«El presidente de la Comisión de Country, Jorge Sánchez Almeyra, como mínimo debería desaparecer del club, borrarse. Jaque mate, Sánchez Almeyra. A ver si entendemos. Esto es un jaque mate en tu carrera política. Sos tan cómplice y culpable como todos los que estuvieron evitando hacerse cargo de lo que pasaba. Almeyra, no te acerques ni a Fisherton. No tenés que estar en ninguna comisión directiva ni para mover un peón o un alfil. Desaparecé del club, no seas mala gente, no seas insensible».

>>Leer más: Un año sin Facu: «Perdimos a nuestro hijo en una pileta que era una trampa mortal»

«Yo nunca en mi vida tuve tanta caca en frente al pedir ayuda. El susto, el cagazo de todos aquellos a los que llamé para pedirles una mano. La soberbia que me encontré. Le dije a toda la comisión directiva que tenía que renunciar como un gesto humano. Nada, solo recibí indiferencia y soberbia. La mujer de Roberts movió cielo y tierra para decir que yo tenía un fin político con todo esto. Me chupa un huevo lo político. Yo vine a acompañar a los papás de Facu», enfatizó.

«No entiendo cómo no hay una condena social con estas ratas, cómo pueden sentarse a tomar un café tranquilas, cómo Charles Roberts puede ver un partido de rugby. De donde yo vengo los hubiésemos sacado a patadas en el ojete ni bien entraran al club. No entran más. Por irrespetuosos, por insensibles”, cerró el periodista.

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