Dos médicos neurólogos coincidieron en que Diego Armando Maradona (60) no tenía urgencia de ser operado del hematoma subdural que fue diagnosticado mientras se realizaba chequeos generales en el Sanatorio Ipensa, en noviembre de 2020, luego de la preocupación de su entorno al ver al ex director técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata el día de su cumpleaños, el 30 de octubre.
Un cardiólogo, por su parte, afirmó en la décima audiencia por la muerte del Diez que le ofreció al neurocirujano Leopoldo Luque (44) realizarle estudios a Maradona para descartar alguna enfermedad coronaria, algo que rechazó el médico de confianza del ex futbolista.
El médico traumatólogo Flavio José Tunessi (parte del cuerpo técnico del “Lobo” platense), el clínico Carlos Manuel Correa, el neurólogo César Manuel Cesarini y el neurocirujano Guillermo Pablo Burry fueron los primeros en dar testimonio frente a los jueces Maximiliano Savarino, Julieta Makintach y Verónica Di Tommaso del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro.
En septiembre del 2020 conoció a Luque, a quien se lo presentan como el médico de confianza de Maradona. Se la realizó un chequeo cardiológico, exámenes de laboratorio y un estudio de las rodillas.
Unas semanas después, el viernes 30 de octubre, Maradona cumplió 60 años y se le realizó un homenaje en el estadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata, club de que era director técnico.
“Me voy, no estoy bien”, le dijo Maradona a Tunessi, en pleno campo de juego, antes de subir a una ambulancia y volver a su casa en Brandsen.
La imagen que dio esa jornada, con un lento caminar y dificultades en el habla, preocupó a su entorno, a dirigentes del club y hasta a Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA y Marcelo Tinelli, por entonces titular de la Superliga.
La preocupación llevó a que al día siguiente se convocó a Tunessi, traumatólogo del club y médico del Sanatorio Ipensa, para realizar una internación en pos de realizar estudios médicos.
“Me habla Luque, me dice que nadie lo vio bien y si puede hacerse una internación porque estaba deshidratado y anémico”, expresó el médico. Allí se realizaron estudios, se verificó la medicación que tomaba y se descubrió a través de una tomografía en la cabeza un hematoma subdural.
Tunessi realizó una interconsulta con los profesionales de Ipensa, quienes coincidieron que lo de Maradona no era para operarlo y que se podía tratar con un corticoide. “Burry (jefe de neurología del sanatorio) me dice que no es quirúrgico. Luque dijo que sí y que se lo iba a llevar a Buenos Aires”, aseguró.
Ante la consulta de Fernando Burlando, abogado que representa a Dalma y Gianinna Maradona, Tunessi respondió que “no conocía los problemas cardíacos de Diego Armando Maradona” y que “nunca se indicaron”.
La consulta del presidente del tribunal
¿Qué relación advirtió entre Luque y Maradona?, preguntó Savarino, presidente del TOC N° 3, a Tunessi. El mismo interrogante lo repitió con Correa, especialista clínico de Ipensa. Ambos médicos respondieron categóricamente: “De confianza”.
El testimonio de Correa aseguró que habló con Luque sobre los estudios a realizarle a Maradona, ya que “lo veía deprimido, desganado, con poca ingesta y deshidratado”.
“Su idea era hacer una evaluación médica para saber qué generaba el cambio en su conducta. Me dijo que estaba en un tratamiento psiquiátrico, tomando medicamentos y bajo un tratamiento de la psiquiatra (Agustina) Cosachov”, afirmó.
El médico señaló que en el examen físico realizado al Diez no encontró nada significativo y que en los estudios de laboratorio surgió “una mínima anemia”.
Cuando le hacen la tomografía surge lo del hematoma en la cabeza. Al comunicárselo a Luque, el testimonio del testigo coincide con el del traumatólogo en que Luque optó por trasladarlo a la Clínica Olivos para operarlo.
“Vio el estudio y su visión era que había que operarlo rápidamente”, aseguró sobre la decisión de Luque.
Los especialistas en neurología
Burry es el jefe del área de neurología de Ipensa. Cesarini, en tanto, el neurocirujano a cargo. Ambos fueron contundentes a la hora de dar su testimonio en el debate oral.
“No era un paciente para una emergencia quirúrgica”, expresó Cesarini, quien aseguró que Maradona “fue un paciente colaborativo, vigil y coherente en sus palabras”.
El titular del área fue más preciso en su argumentación. Sostuvo que no detectó “ninguna alarma en la tomografía” de Maradona. Luego de una charla con Cesarini y Correa, optaron por proponer que Diego continúe con su tratamiento.
“Yo considero que el cuadro del paciente no era debido a esto (hematoma). Defino seguir como evolucionaba para ver la parte clínica”, manifestó, bajo lo que denominó “conducta expectante”, que es cuando se lo analiza un clínico, cardiólogo y neurólogo.
“A mi criterio dije que en ese momento había otras prioridades y que el hematoma no era quirúrgico. El criterio de Luque fue que era quirúrgico en ese momento. Dio sus explicaciones científicas y yo las mías. Como responsable del área le dije que en el sanatorio Ipensa no se opera a este paciente en este momento”, aseveró.
Pablo Jurado, quien representa a tres de las hermanas de Maradona, consultó qué consecuencias puede generarse en un paciente que no tiene urgencia de operarse y se lo interviene.
“Maradona era un paciente con otras comorbilidades. Sugerí que se compensen esos problemas de salud. Cualquier cirugía puede tener infecciones. También el manejo del postquirúrgico. Era un paciente crónico. Un mal manejo del post operatorio complica la evolución del paciente”, afirmó.
El cardiólogo
Oscar Alfredo Franco fue el cardiólogo que atendió a Maradona en septiembre de 2020 en Ipensa. Luque le dijo que quería hacer una evaluación cardiológica del ex campeón mundial y le dijo que era hipertenso y que estaba medicado para ello.
“Le ofrecieron un estudio para descartar una enfermedad coronaria. Se hace en pacientes con riesgo potencia como hipertensión severos, o una arritmia y signos de insuficiencia cardíaca. Arrojan resultados importantes para evaluar diagnóstico y riesgo”, relató el cardiólogo.
Según sus palabras, este estudio se denomina perfusión cardíaca y evalúa el flujo sanguíneo al corazón.
“Luque dijo que en el momento no estimaba hacerlo porque el paciente no quería estar mucho en una institución con médicos”, destacó.
Finalmente se realizaron tres estudios cardiológicos: electrocardiograma, ecocardiograma y doppler carotideo. “Estos estudios no son concluyentes para establecer si tenia o no problemas cardiacos”, sintetizó.
Por último, Franco aseguró que por los estudios que se realizaron “no mostraron signos de patologías” y que estos “pueden detectar miocardia dilatada”.
MG