El hombre nuclear: nombraron a un abogado y redactor de Karina Milei a cargo de la empresa nacional de uranio y gana casi 7 palos sin tener idea del tema

Federico Ramos Nápoli pegó el salto desde la Secretaría General de la Presidencia, donde trabajaba en comunicación digital para su titular, Karina Milei. Su experticia en energía atómica es cero, lo que constituye un desaguisado para un puesto de máxima relevancia en un área crítica

Un fuerte escándalo sacude una de las empresas de producción nuclear más importantes del país. En Dioxitek, la sociedad anónima del Estado nacional que fabrica componentes de uranio para las centrales de Embalse y Atucha, fue puesto al frente por el gobierno de La Libertad Avanza Federico Ramos Nápoli, un abogado libertario que trabajaba en comunicación digital para Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia. ¿Su experiencia en el rubro? Cero. Pero en su nuevo puesto, que asumió en diciembre, gana 6,5 millones de pesos por mes sin tener la menor idea.

El joven Ramos Nápoli se especializa en “derecho y economía”, “derecho administrativo y corporativo” y “nuevas tecnologías”. Su capacidad no está en tela de juicio; su experticia en cuestiones vinculadas a la energía atómica, sí. Es un letrado recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero hace años que debe su tesis de maestría, que jamás presentó: de hecho, en su perfil de LinkedIn señala que el curso ya está “completado”, sin embargo, el trabajo final será presentado “en los primeros meses de 2023”. Semejante demora académica no le impidió acceder a uno de los puestos que mayor capacitación –en el área– requieren: una de las empresas del complejo de energía atómica del Estasdo.

El sitio platense Diagonales reveló la jugada, que parece enmarcada en la arraigada lógica del “si pasa, pasa”. Ramos Nápoli asumió en diciembre pasado como gerente general de Dioxitek, cuya sede está en el barrio de Alta Córdoba, en la capital de la provincia mediterránea.

Dioxitek SA es actualmente de propiedad compartida entre la Secretaría de Energía de la Nación (51%), la Comisión Nacional de Energía Atómica (48%) y el gobierno de la provincia de Mendoza (1%). Su historia se remonta al primer gobierno de Juan Domingo Perón, cuando cuando se creó la CNEA y, en 1950, comenzó a realizar tareas sistemáticas de reconocimiento, prospección y evaluación de los recursos uraníferos existentes en el país. Cumplida la primer tarea clave, con participación de la Universidad Nacional de Cuyo se comenzó a trabajar en la metodología para concentrar el mineral hasta alcanzar un producto de valor comercial. Los laboratorios de la CNEA junto a la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral sentaron las bases de la hidrometalurgia del uranio, lo que proyectó a la Argentina entre los pocos países del mundo que comenzaron a desarrollar conocimiento y utilización de la energía nuclear, con fines pacíficos.

La planta industrial de Alta Córdoba entró en operaciones en 1982, y una década y media después se hizo cargo Dioxitek SA, que había sido creada en 1996.

En 2007 Dioxitek susbribió un convenio con la Universidad Tecnológica Nacional (Facultad Regional Córdoba) para estudiar la localización de una nueva planta de producción de dióxido de uranio: coincidía con la puesta en marcha de la Central Presidente Néstor Kirchner (ex Atucha II) y la modernización y refuncionalización de la Central Nuclear Embalse.

Hoy en el sitio web de la empresa se destaca que Dioxitek genera polvo de dióxido de uranio y produce fuentes selladas de Cobalto 60. Y explica: “El polvo de dióxido de uranio es utilizado para producir elementos combustibles que abastecen centrales nucleares que generan electricidad para millones de habitantes. Por su parte, las fuentes selladas se utilizan para preservar alimentos, esterilizar insumos quirúrgicos para medicina, tratar residuos hospitalarios patogénicos y enfermedades cancerígenas”.

Y completa: “Por lo tanto, nuestra empresa cumple un rol fundamental en aspectos sumamente relevantes de la salud y del bienestar de nuestro país”.

Sin embargo, por Dioxitek también pasó la motosierra: por caso, sus instalaciones en  Formosa sólo quedaron con personal mínimo de seguridad, y el año pasado la administración libertaria despidió a 36 trabajadores técnicos. Y con el parate de obra pública quedó con cuantiosas deudas con sus contratistas y el proyecto de la nueva planta de producción de dióxido de uranio paralizado.

Ante ello, con suspicacia, el sitio de la ciudad de La Plata relacionó la presencia del joven abogado al frente con “Chernobyl”, en sugestiva referencia al peor desastre nuclear de la historia, sucedido en 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, en el norte de Ucrania, cuando el país hoy en guerra con Rusia formaba parte de la Unión Soviética.

En sus antecedentes el funcionario Ramos Nápoli cuenta con experiencia en la Casa de la Moneda, y en asesorías para la AFIP (hoy ARCA) y el Banco Central. Nada relacionado con la energía nuclear. Y menos en su puesto inmediatamente anterior: al menos desde mayo de 2024 se desempeñó como asesor de comunicación digital dentro de la Secretaría General de la Presidencia que comanda la hermana del presidente Javier Milei. Allí, el abogado indagó en tareas como “redacción de escritos”, “revisión de documentación legal” y “análisis de riesgos comunicacionales”. Su incorporación al equipo coincide con el del troll libertario Juan Carreira, más conocido como “Juan Doe”, quien se encarga de la comunicación en el gobierno nacional.

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