Hace un año, YPF inició un viraje estratégico para concentrarse en sus activos de mayor rentabilidad y acelerar el crecimiento de la compañía en su capacidad de producción y exportación, con foco principal en el no convencional de Vaca Muerta.
Aquella decisión del presidente y CEO de la compañía Horacio Marín comenzó a concretarse durante 2024 el despliegue del Plan Andes, por el cual identificó 55 áreas en las cuales decidió desinvertir para pasar la titularidad a terceras compañías o a los estados provinciales.
Pero en las últimas horas, Marín confirmó lo que se venía especulando y anunció la profundización de la estrategia para llevar a la principal compañía petrolera del país a salir de todos los bloques convencionales en los que actúa como operadora, para volcarse exclusivamente a Vaca Muerta.
Así lo hizo en un encuentro que mantuvo con ejecutivos de al menos una decena de ejecutivos petroleros locales y del exterior e inversores del sector, en el marco del CeraWeek, el mayor evento de la industria de los hidrocarburos del mundo.
Como viene ocurriendo en la última década en el mundo, YPF decidió recorrer el mismo camino de otros grandes players de escala similar o superior a la de la Argentina para las cuales «no resulta eficiente ni rentable producir petróleo en este tipo de yacimientos convencionales maduros, y que en general operados por empresas más pequeñas pueden dar continuidad a la actividad».
El plan inicial lanzado el año pasado consistió en iniciar el proceso de desinvertir en 55 áreas de 30 bloques en 11 clusters mayoritariamente unidos con una lógica operativa, en cuatro de las cinco cuencas productivas de la Argentina.
Las complejidades del proceso llevaron más tiempo del esperado y al primer bimestre de este año estaban cerrados o en negociaciones avanzadas los acuerdos para los bloques en Llancanelo, Mendoza Norte y Sur, Neuquen Norte y Sur; Estación Fernández Oro y Señal Picada en Río Negro; El Trébol-Escalante, Cañadón Central y restinga Ali, en Chubut.
En esa transición la dificultad de encontrar petroleras interesados en los activos, la oposición de los gobiernos provinciales, la demanda de los gremios, o la existencia de pasivos mayores a los activos en venta, llevaron a recalcular la estrategia en una veintena de bloques ubicados en Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Horacio Marin mira Vaca Muerta y la desinversión del Plan Andes
Ahora, Marin trazó desde Houston, en un encuentro organizado por el Instituto Argentino del Petróleo y Gas, un sendero de retirada ya definitivo para lo que resta de 2025 en lo que son los campos maduros, lo que significará el fin de la presencia de YPF en todas las provincias de la patagonia a excepción de Neuquén, cuna del shale.
Para eso, la compañía está cerrando en los próximos dos meses los acuerdos pendientes del Plan Andes original y el denominado Plan Andes II en el que se incluyeron los activos de Santa Cruz y Tierra del Fuego que se encuentran en negociaciones avanzadas -según empresa, estados y sindicatos- para que esas áreas vuelva a control de las provincias.
Tal es el caso de la empresa Terra Ignis que es el brazo hidrocarburífero de Tierra del Fuego que busca hacerse los activos para una puesta en valor estratégica, y de la voluntad del gobierno de Santa Cruz de asegurar el traspaso a la estatal Fomicruz o a terceras compañías entre las que se mencionan a petroleras como CGC de Corporación América, Patagonia Resources, Crown Point o Roch, entre otras. En todos los casos las provincias deben aprobar los traspasos.
En total, se trata de casi 34.000 barriles de petróleo, casi 4 millones de metros cúbicos de gas, 1,6 millones de acres netos y todos en producción -con acceso a infraestructura de transporte existente y en algunos casos con plantas de tratamiento-, que YPF dejará de contar como producción propia, aunque llevaba percibidos a diciembre u$s136 millones producto de los acuerdos cerrados .
Toda esa menor exposición a operaciones marginales que, aseguró oportunamente Marin, no sólo no daban rentabilidad sino que provocaban pérdidas a la compañía, permitirá mejorar la eficiencia de YPF en el core del negocio de producción de gas y petroleo en áreas estratégicas y súper productivas de Vaca Muerta, en donde hace años viene concentrando la mayoría de sus inversiones.
El Proyecto Andes se convirtió en un pilar ligado a la impronta del Plan 4×4 que presentó Marín los primeros días de su gestión, pero a la vez una posibilidad de crecimiento de nuevos actores en la industria nacional de hidrocarburos, llamada a ser uno de los cuatro sectores que sostendrán la esperada recuperación de la economía argentina con exportaciones estimadas en unos u$s30.000 millones para finales de la década.
El nuevo mapa petrolero ya cuenta con la participación en las áreas de empresas como Pecom, que regresó a la actividad como operador; Petróleos Sudamericanos; PCR, conocida históricamente como Petroquímica Comodoro Rivadavia; Velitec, vinculada al ex presidente de Shell Argentina, Sean Rooney; Bentia Energy -creada por el exsecretario de Energía, Javier Iguacel- junto a Ingeniería Sima; y el consorcio Quintana-TSB.
A pesar del fuerte avance de la producción de Vaca Muerta aún hoy queda un 40% de lo que produce la industria que sigue siendo convencional, por lo que las áreas que deja YPF tienen un rol importante aún en la industria.
Manantiales Behr y Metrogas, dos símbolos de la vieja YPF
Marin dio más pistas del futuro de la compañía, cuyos lineamientos serán más específicos cuando de a conocer en abril el Plan Quinquenal 2025-2029 en Nueva York, y confirmó que comenzará el proceso de desinversión del campo convencional Manantiales Behr, un yacimiento centenario que en los últimos años la compañía relanzó con técnicas de recuperación terciaria para lograr récord histórico de producción de sus pozos ya maduros.
Esa decisión significará la salida total de la compañía de Chubut en la que Manantiales Behr representa más del 20% de la producción total de crudo, y de la Cuenca San Jorge en general. Hasta hoy su balance positivo explicaba que no hubiera sido incluida en el Plan Andes pero ahora será motivo de un proceso de data room en la que escuchará las ofertas de terceras compañías.
El plan de desinversión en activos no estratégicos para el objetivo de centrar a YPF en el negocio del upstream también llevó a la venta de las filiales que tenía en Brasil y Chile, con insignificante afectación al negocio; pero incluía la revisión de grandes empresas que conforman el grupo energético, tal el caso más notorio de Metrogas.
En la distribuidora de gas que cuenta con 2,5 millones de clientes en el AMBA, la petrolera tiene el 70% del paquete accionario y para desprenderse de ese activo millonario -más aún desde la actualización tarifaria 2024 y la que está por venir- las autoridades de Metrogas e YPF ya salieron a buscar un banco de inversión que haga circular la carpeta de venta y sumar interesados.
Según Marin, el trabajo en la compañía para recuperar su verdadero valor de mercado continuará al menos hasta pasadas las elecciones de medio término, de manera de evitar que el ruido político afecte el proceso y empuje el precio a la baja de una distribuidora que vuelve a dar ganancias.
Si bien la venta de otros activos había sido descartada durante el año pasado, la prioridad de Vaca Muerta no lleva hasta el momento a revisar la continuidad de YPF en el control de compañías largamente superavitarias y estratégicas como la generadora eléctrica YPF Luz, la productora de urea granulada Profetil, o la petroquímica Mega.