Dólar: con brecha en alza y caída de reservas, se estancan depósitos en pesos y Gobierno acelera pedido al FMI

Horas decisivas para el presidente Javier Milei y su equipo económico. El frente financiero de la economía se tambalea bajo una presión cambiaria que comienza a mostrarse poco amable. Este lunes el dólar blue trepó a $1.255 tras un salto de $15, su máximo en seis meses, mientras el MEP ($1.251) y el contado con liqui ($1.255) empujaron la brecha con el mayorista al 18%.

Este umbral, una señal de alarma para el Banco Central (BCRA), desnuda las grietas de un esquema en crisis. Las reservas brutas se desplomaron u$s755 millones en un día y alcanzaron su peor registro desde septiembre de 2024, dejando al Central con un margen crítico mientras el mercado global se sacude por las políticas del presidente Donald Trump.

El drenaje de divisas no encuentra freno. El viernes pasado, el BCRA sacrificó u$s474 millones para contener el dólar en el mercado oficial, y el lunes la intervención cayó a u$s56 millones, incapaz de revertir el daño. El destino de esos fondos sigue sin definirse del todo: deuda, importaciones o un intento -por ahora vano- para estabilizar el dólar financiero y la brecha en pos de «darle salida» a los inversores del «carry trade». Con las reservas brutas en decadencia y las netas estimadas en zona negativa, el Central enfrenta un escenario de fragilidad extrema, a 16 semanas de un vencimiento con bonistas el 9 de julio, en un contexto donde el «crawling» al 1% podría estar viviendo sus últimos días.

Dólar y flotación administrada en los hechos: la evidencia

Las bandas de flotación cambiaria, que en los hechos funcionan debido a la intervención del BCRA en el dólar financiero, están al borde de una nueva transformación. El ajuste mensual del dólar oficial, reducido al 1% en un intento por contener la inflación y generar mayor margen al plazofijista dolarizado, pierde eficacia con el blue a $1.255 y las reservas en caída libre.

El FMI presiona por una flotación más libre o bandas más amplias, argumentando que el atraso cambiario —estimado en un 20% por exministros como Cavallo— asfixia exportaciones y agrava la escasez de divisas. Analistas sugieren que este «crawling» agonizante podría ser abandonado pronto, abriendo la puerta a un ajuste brusco que el Gobierno teme y el mercado anticipa.

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Dólar: ¿ el Gobierno va a la flotación del tipo de cambio?

Como se dijo, la city refleja por estas horas un mantra en sordina, un rosario que anuda la desconfianza estructural. Los depósitos en pesos, que hasta febrero capitalizaban el «carry trade», se estancaron ante una inflación persistente —alcista para marzo— y la expectativa de un salto cambiario. En dólares, para los depósitos, la caída es más severa: un 14,3% menos desde octubre, con ahorristas volcándose al efectivo o al mercado negro. El «crawling» al 1%, lejos de generar estabilidad, alimenta la percepción de un tipo de cambio desfasado, mientras la brecha del 18% con el CCL y las críticas de economistas, como Emmanuel Álvarez Agis, al “falso éxito” del TCR profundizan la incertidumbre.

DNU, préstamo del FMI y un reseteo del programa

El Gobierno apuesta al FMI como salvación. Con un DNU en marcha, busca un acuerdo que inyecte dólares al BCRA y fortalezca las reservas, pero la falta de detalles sobre montos y condiciones genera escepticismo. La Comisión Bicameral revisará el tema hoy, y mañana podría haber avances en Diputados, aunque la decisión del Fondo no llegará antes de abril. La presión por abandonar el «crawling» al 1% crece, lo mismo que la liquidación vía «dólar blend», con el FMI viendo en una flotación la clave para corregir desequilibrios, mientras Trump, desde EEUU, altera el tablero global con un dólar más débil que tensiona al peso.

El FMI, alineado con la visión de Trump de un dólar competitivo, insiste en un esquema más flexible, aunque expertos locales advierten que, en una economía bimonetaria, una flotación descontrolada podría disparar al blue y consumir las reservas restantes.

Trump sacude los mercados con políticas agresivas. Su estrategia de aranceles devalúa el dólar frente al yuan, el peso mexicano y el euro (que cayó un 0,06% a $1,0826), mientras el yen cede un 0,5% a 147,29. Los bonos del Tesoro enfrentan ventas masivas, con el rendimiento a 10 años superando el 4,7% por temores de inflación y déficits en EE.UU., encareciendo el financiamiento para Argentina. Localmente, el riesgo país trepó a 747 puntos básicos, los bonos en dólares perdieron un 0,4% y los futuros para febrero de 2026 cotizan a $1.400, reflejando un mercado que no ve calma en el horizonte.

El contexto global agrava el cuadro. El dólar pierde terreno internacionalmente, mientras los inversores buscan refugio en el oro (u$s3.010) y la plata (u$s34,50). Las tasas largas en EE.UU., del 4,1% a un año al 4,6% a 30 años, señalan incertidumbre que castiga a emergentes. Con el crawling al 1% en jaque, las reservas al límite y Trump reconfigurando el dólar, el Gobierno enfrenta un dilema: ceder a la flotación que exige el FMI o prolongar un esquema que se desmorona, con un costo que podría medirse en inflación y recesión.

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