El fútbol no es sólo defender o simplemente atacar, pero se gana con goles. Y cuando hay futbolistas que en los metros finales marcan la diferencia, el camino al triunfo y a los buenos resultados siempre se allanarán. Los canallas fueron al ataque y Central goleó a Instituto.
Con una línea de trescuartistas que se amigaron con el desequilibrio, fueron la piedra fundacional de la victoria. Santiago López, Lautaro Giaccone y Jaminton Campaz lo hicieron. Si hasta hubo una alta colaboración de Gaspar Duarte, que ingresó y marcó el segundo. Y hasta hubo gol de un Enzo Copetti que lo necesitaba como el agua.
A este Central volvió a faltarle su jugador más pensante: Ignacio Malcorra, pero jugó como para no extrañarlo. De hecho no lo extraño. Y fue todo por la pimienta que el equipo le puso de tres cuartos de cancha hacia adelante, con un Giaccone que marcó el camino ya de entrada.
Un Giaccone intratable en Central
Es que el Laucha estuvo intratable en esos primeros 45 minutos, con velocidad, control y también mucha cabeza. Muchas veces se dijo que no terminaba de aprovechar la chance cuando era titular, pero esta vez fue distinto. Fue él quien buscó ya desde los primeros minutos, el que más inquietó, el que le sirvió en bandeja el gol a Santiago López.
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Del otro lado, Santi López también hizo de las suyas. Se pensaba que iba a jugar por el centro, pero Holan lo mandó a la izquierda y en ese andarivel encontró un buen hábitat. Porque logró juntarse bien con Campaz e incluso con Sández cada vez que el lateral se proyectaba.
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Es cierto, en el gol sólo tuvo que empujarla, pero el movimiento de desmarque y el ganarle en velocidad a su marcador es para destacar.
Qué regreso de Jaminton Campaz
Y Campaz, a quien todos imaginaban por izquierda, fue por el centro. Estuvo algo más intermitente, pero hasta el momento en que salió por una molestia dejó en claro que es una pieza clave. Porque no sólo estuvo cerca de convertir, sino que volvió a calzarse el traje de asistidor. Primero a Copetti en el gol bien anulado y después a Duarte. Un partido más en el que demostró parte de su repertorio.
Si la noche venía siendo de esos trescuartistas, cómo dejar afuera a Duarte, quien también se movió en sintonía. Quizá con poca participación en el juego colectivo, pero con una acción determinante: el gol que selló prácticamente el triunfo.
Central fue un equipo picante de tres cuartos hacia adelante y tan bien le salió la jugada a Holan que Copetti no quiso ser menos y merece incluirlo como destacado en ese ataque. Porque a la voluntad de siempre le agregó el gol, que encontró después de no haberse bajoneado por ese que le habían anulado.
Para un equipo que tiene aspiraciones de cosas importantes nada mejor que contar con un ataque que le meta miedo al rival y Central tuvo eso en la victoria frente a la Gloria. De la mano de Santi López, de Giaccone, de Campaz, de Duarte y hasta de Copetti, el Canalla se inyectó una cuota de optimismo importantísima, con actuaciones destacadas en el sector del campo donde más duele.