El atacante del Atlético de Madrid y de la Selección Argentina admitió que tuvo una prueba en el Sabalero, la cual no superó.
Julián Álvarez es, sin dudas, uno de los grandes protagonistas del fútbol mundial actual. Goleador del Manchester City, figura de la Selección Argentina campeona del mundo en Qatar 2022, y actualmente disputando el Mundial de Clubes con el Atlético Madrid tras su reciente transferencia, el cordobés de Calchín reveló en una entrevista una anécdota poco conocida: se probó en Colón… y no quedó.
En diálogo con Simplemente Fútbol, el programa conducido por Enrique Wolff, la «Araña» repasó sus comienzos y sorprendió al recordar su paso por distintas instituciones del país cuando apenas era un niño con un sueño: “Tuve varias pruebas a los nueve años: en Argentinos, en Boca, en River, Banfield, en Colón, en Belgrano…”.
La prueba fallida y una vocación temprana
“En Colón me vine a probar y no quedé. Era chico, y esas experiencias te van marcando. Pero seguí jugando en mi pueblo, en Calchín, y nunca bajé los brazos”, contó el delantero, quien también reveló que con apenas 11 años tuvo una prueba en el Real Madrid, pero no se quedó por motivos familiares: “Para seguir allá nos teníamos que mudar todos y estábamos muy lejos de eso”.
A pesar de los tropiezos iniciales, Álvarez nunca abandonó su objetivo. “Desde chico uno sueña en grande. Lo más lindo que le puede pasar a un futbolista es jugar un Mundial. Me tocó ser profesional, llegar a River, que me citen a la Selección, venir a Europa… Y después ganar el Mundial. Es increíble”, expresó con emoción.
El guiño del destino
A los 15 años, luego de destacarse en un torneo provincial en Córdoba, fue River quien tocó su puerta. “Dije que si me iba, era a River. Ya era hincha desde chico. Y como ya era un poco más grande, decidí aprovechar la oportunidad”, recordó.
En Núñez no tardó en mostrar su talento, y su despegue fue meteórico: debutó en Primera, fue clave en la obtención de títulos nacionales e internacionales y terminó recalando en el Manchester City de Pep Guardiola, donde sumó una Champions, una Premier League y un Mundial de Clubes.
La Araña que tejió su camino
El apodo de «Araña» viene desde sus primeros años con la pelota: “Desde los tres o cuatro años que juego al fútbol. Siempre me decían así, y quedó”. Hoy, ese apodo es sinónimo de goles, sacrificio y éxito.
La historia de Julián Álvarez es un recordatorio de que no siempre el camino al éxito es directo. Aquel chico que no quedó en Colón hoy es campeón del mundo con la Selección, y su nombre ya está entre los mejores delanteros del planeta. La vida da vueltas… y la Araña tejió la suya con paciencia, trabajo y humildad.
Fuente: SFA/RU