Apremiado por la corrida cambiaria, el gobierno de Javier Milei anunció la eliminación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias hasta el 31 de octubre, apenas cinco días después de las elecciones nacionales. La medida llega tras una semana de fuerte presión, en la que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) sacrificó US$ 1.100 millones en tres días para contener al tipo de cambio. Más allá de que promueva la liquidación de divisas, la iniciativa conlleva un fuerte costo fiscal: el equipo económico resignaría entre US$ 1.000 y US$ 1.300 millones.
El objetivo de corto plazo es claro: incentivar al campo a liquidar stocks, que fuentes del sector calculan en US$ 10.000 millones, y reforzar el flujo de billete verdes para evitar un drenaje aún mayor de reservas. Sin embargo, el impacto en las cuentas fiscales de la decisión abre interrogantes sobre la sostenibilidad del superávit y la repercusión que tendrá en los meses siguientes.
Retenciones 0: la Sociedad Rural destaca el beneficio para el campo
El costo fiscal de la eliminación temporal de las retenciones
Las alícuotas de granos y subproductos pasaron a 0% hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar US$ 7.000 millones en las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), con la obligación de liquidar el 90% de las divisas a los tres días hábiles. Antes del anuncio, los derechos de exportación equivalían a unos US$ 19 por tonelada de maíz y US$ 108 por tonelada de soja, lo que marca la magnitud del incentivo otorgado al agro.
De acuerdo con un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), la suspensión temporal de las retenciones implicaría una pérdida de recursos equivalente al 0,15% del PBI en 2025, lo que representa alrededor de US$ 1.000 millones. Si se descuenta el efecto compensador del impuesto a las ganancias, el costo neto rondaría el 0,14% del PBI. La magnitud es relevante ya que, según cálculos de la entidad, equivale al 46% del superávit fiscal previsto en el Presupuesto 2026 (0,3% del PBI).
Desde Máx Capital estimaron que el costo fiscal de suprimir los derechos de exportación alcanzarían 0,2% del PBI, aunque con un matiz: el mayor perjuicio para las arcas estatales provendría del adelantamiento de entre dos y tres meses de exportaciones. Bajo sus cálculos, la liquidación anticipada podría ubicarse entre US$ 3.000 millones y US$ 6.000 millones, un alivio temporal para el mercado cambiario que dejaría al Tesoro sin esos ingresos más adelante.
Por su parte, el director de Análisis Macroeconómico de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, señaló que la eliminación transitoria de retenciones “mejora la oferta de dólares y, junto con el respaldo externo de Estados Unidos, logró apuntalar expectativas cortando la desconfianza: bajó el dólar, el riesgo país y no se perdieron reservas”.
No obstante, el economista advirtió que implica resignar 0,16% del Producto Interno Bruto (PIB) en recursos fiscales, con el riesgo adicional de impulsar una inflación mayor en alimentos y generar un vacío de divisas después de las elecciones.
Para el analista financiero Christian Buteler, no estaba en los planes del ministro de Economía, Luis Caputo, ni de sus colaboradores el cumplimiento efectivo del esquema cambiario. “No estaban dispuestos a vender hasta el último dólar, ni vendría dinero fresco para sostener el techo de la banda. Por eso se bajan las retenciones temporariamente, para incentivar la oferta privada a costa de sacrificar recaudación que impactará en el superávit fiscal”, juzgó.
Los efectos de las retenciones 0 al agro
Por su parte, el director ejecutivo de Equilibra, Martín Rapetti sintetizó los posibles efectos de la quita provisoria de los impuestos a las exportaciones del agro:
“Mayor oferta de dólares ahora, menor después de los comicios; ergo, menor tipo de cambio hoy y mayor tipo de cambio post elecciones”.
“Menor recaudación en 2025; ergo, mayor déficit fiscal primario o más ajuste del gasto”.
“Mayor precio en pesos de los productos sin retenciones; ergo, aceleración transitoria de la inflación”.
Bajo la perspectiva del economista Fernando Marull, la decisión del gobierno de Javier Milei impulsaría la cotización de la soja: «Quedaría con el mejor precio en 25 años para el productor”. Esa dinámica estimularía la venta al exterior por parte de los ruralistas.
Un reporte informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI) calificó la medida como un “shock” del oficialismo frente a las fuertes ventas de reservas en la banda superior, aunque relativizó su alcance al considerar que la reducción del dólar mayorista a $1.408 y el riesgo país a 1.083 puntos básicos «tiene más que ver con el fuerte apoyo de Estados Unidos que con la eliminación temporal de retenciones per se».
El análisis también advirtió sobre el comportamiento de los productores, que podrán vender al dólar oficial y dolarizarse luego en los mercados financieros. De hecho, recordó que un episodio similar en junio y julio —cuando el agro liquidó US$ 9.100 millones— coincidió con una suba del tipo de cambio del 13,1%.
Economistas y consultoras financieros consideran el recorte temporal de los derechos de exportación como una medida de cortísimo plazo. Por lo bajo, algunos se animan a decir que se trata de un «manotazo de ahogado» para llegar a las elecciones nacionales con menor volatilidad cambiaria.
MFN