La relación entre los trabajadores de ARCA, ex AFIP, y el titular de la recaudadora, Juan Pazo, se deteriora día tras día. En las últimas horas, el conflicto llegó por el día del cobro del medio aguinaldo, que tradicionalmente se paga antes que finalice el mes de junio.
Fuentes gremiales expresaron que se enteraron de que, en principio, se iba a pagar durante la primera quincena del séptimo mes del año y no durante el transcurso del sexto mes, como indica la ley.
¿ARCA demora en pagar el aguinaldo?: gremios, en alerta
Finalmente, desde el gremio de la Unión del Personal Superior de la AFIP (UPSAFIP) que conduce el incansable Julio Estévez (h) afirmaron que «cambiaron rápidamente la fecha en la que estaba programado el sistema cuando avisamos a nuestros afiliados de la irregularidad y, ahora, parece que se cobra el 1. Fuera de término, pero el 1 aunque con estos muchachos nunca se sabe. Estaremos atentos».
No es el primer encontronazo que las nuevas autoridades de ARCA tienen con los tres gremios del organismo recaudador. En el caso de UPSAFIP, que representa a los profesionales y jefes de áreas, las cuestiones se van acumulando porque entienden que se ha retrocedido varios años en la posibilidad de trabajar de manera eficiente en el combate a la evasión y «…a los verdaderos evasores que son los que fugan dinero en la nube, con las nuevas tecnologías y por maniobras millonarias».
La declaración gremial se debe a la falta de actualización en materia de hardware y software para controlar operaciones complejas, lo que llevó al terreno de la recaudación impositiva, según su visión, al famoso leit motiv de la economía clásica «laissez faire». Un término que se refiere a una política económica que implica la no intervención del Estado en la economía, permitiendo que los mercados se regulen por sí mismos.
«El problema es que en este caso los que se regulan a sí mismos son los grandes evasores, con los perjuicios que trae a la población semejante accionar», afirmó Estévez (h).
Además, se suma el achique de personal altamente calificado que se produjo durante este año, lo que va en línea con las directivas de Casa Rosada para cerrar oficinas, fusionar, y reducir donde sea posible, la presencia estatal. Un hecho que va acompañado de jubilaciones anticipadas, retiros voluntarios y, prácticamente, el congelamiento de sueldos o la homologación de paritarias que corren por detrás de la inflación real.
Por ello, este año más que nunca, el aguinaldo es vital para miles de trabajadores de todo el país y para los estatales en particular que han visto como sus ingresos se deterioran mes tras mes a pesar de cierta estabilidad de precios conseguida, en comparación con el gobierno de Alberto Fernández, donde la aceleración inflacionaria parecía no detenerse nunca.
En ese contexto, los trabajadores de ARCA recordaron que «… el aguinaldo correspondiente a junio será pagadero en el mes de julio, en clara violación al art. 122 de la Ley de Contrato de Trabajo Nro. 20.744, que taxativamente indica que debe pagarse en este mes en curso».
Por otra parte, ARCA es un organismo autárquico dentro de la estructura del Ministerio de Economía y comprende la Dirección General Impositiva y la Dirección General de Aduana. La autarquía, una característica que señala la autosuficiencia de los sistemas económicos, posibilita que el organismo maneje su propio dinero.
Empleados de la ex AFIP reclaman por el ajuste de Javier Milei
Cuando se camina por los pasillos del Banco Hipotecario, sede de ARCA, frente a la Plaza de Mayo, varios consultados se preguntan qué hicieron con el dinero que se están ahorrando por la «motosierra».
Un inspector de años, señaló, «… más que monitorear monotributistas deberíamos monitorear a nuestras autoridades y preguntar qué hacen con el dinero del organismo. Con unos 3.000 agentes menos que se fueron en jubilaciones y retiros; con una Dirección General disuelta en su integridad como fue la Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social; con casi 600 jefaturas menos entre D.G.I. y D.G.A. y áreas centrales, donde ingresa por Ley el 1,9 % de todo lo que se recauda y ese dinero solo puede gastarse en ARCA y en ningún otro lado más, la pregunta del millón es ¿qué están haciendo? Está lleno de dinero ARCA y no se invierte en casi nada. Hay oficinas en ruinas, rodados que no funcionan, sin insumos básicos, trabajando con equipo informático obsoleto y sistemas de hace 10 años Es increíble».
La desazón por el protagonismo perdido de los recaudadores y agentes aduaneros es profunda. Es una sensación que se extiende con cualquier profesional y trabajador de ARCA que se dialogue y la mayoría coincide, entre ellos muchos que dicen haber votado por Milei, «en que lo hacen a propósito».