Los cambios de temperatura, la exposición al aire y el contacto con otros alimentos son factores que pueden alterar su textura, su sabor e incluso acelerar su deterioro, a pesar de que estén guardados dentro de la heladera
Ni con film ni con papel aluminio: existe un modo ideal para guardar el queso en la heladera y que se mantenga fresco por más tiempo, sin que se ponga duro o se eche a perder.
Los lácteos y, en especial los quesos, son un alimento delicado si no se los almacena de manera adecuada.
Los cambios de temperatura, la exposición al aire y el contacto con otros alimentos son factores que pueden alterar su textura, su sabor e incluso acelerar su deterioro, a pesar de que estén guardados dentro de la heladera.
El truco para guardar el queso en la heladera y que se mantenga fresco por más tiempo
El modo más recomendable para guardar quesos es usando un papel diseñado específicamente para este tipo de alimentos.
Este papel tiene una superficie porosa que protege el queso sin aislarlo por completo del aire, lo que evita la acumulación de humedad y además favorece una maduración adecuada.
El mismo suele conseguirse en comercios especializados en lácteos y en fiambrerías de gran tamaño, sin embargo, también puede usarse como alternativa papel vegetal o papel para hornear.
El procedimiento recomendado es envolver el queso directamente con una hoja de alguno de estos papeles. Como medida adicional, se puede cubrir el envoltorio con un paño de algodón o colocarlo dentro de un recipiente con tapa que no cierre de forma hermética.