En el laboratorio electoral de La Libertad Avanza hay una hipótesis para octubre que está prácticamente definida: Patricia Bullrich encabezará la boleta de senadores nacionales por la Ciudad en octubre.
Tanto en Casa Rosada como entre las huestes libertarias porteñas vienen insinuando que, tras la candidatura –y triunfo– del vocero presidencial Manuel Adorni en las elecciones legislativas porteñas, ahora, para octubre, cuando en la Ciudad se elijan diputados y senadores nacionales, a la ministra de Seguridad le tocará la bendición de Javier y, sobre todo, de Karina Milei para que encabece la boleta para la Cámara baja.
En el equipo bullrichista aseguran que ella preferiría quedarse dos años más en Seguridad, donde está cómoda. Pero, a la vez, si es que avanza con su idea de jugar a jefa de Gobierno para 2027, una buena estación intermedia es probarse electoralmente con la camiseta violeta para octubre. Una estación natural.
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En ese contexto, hay dos cuestiones que debería resolver. Una, que la preocupa, es quién podría reemplazarla y qué ocurriría con su equipo. En este sentido, uno de los pedidos que realizaría es, justamente, que sus colaboradores sigan en funciones.
La otra: qué rol ocuparía en el Senado. Un lugar posible: la presidencia provisional del Senado, que hoy está en manos del puntano Bartolomé Abdala. “¿Te la imaginás en el Senado al lado de Victoria Villarruel?”, bromea uno de sus asesores.
Con todo, Bullrich, obediente a los Milei, hará lo que le ordenen. Se siente parte de La Libertad Avanza y si algo aprendió este año y medio es que no hay espacio para negativas entre los libertarios. Además, ser candidata a senadora por CABA podría permitirle un gusto personal: intentar otra derrota para los Macri. Es que entre los dirigentes que más detesta, además de Mauricio, también está Jorge, a quien desprecia en la intimidad. Es más: atesora información sensible sobre el jefe de Gobierno que, por lo menos por ahora, no tiene intenciones de develar.